Te contamos casos de éxito de agrivoltaica a nivel internacional

15 de octubre de 2025

Proyectos agrivoltaicos: indicadores, aprendizajes y visión de futuro

Durante años, la expansión de la energía solar y la agricultura han seguido caminos separados: por un lado los campos de cultivo, dedicados a producir alimentos, y por otro los parques fotovoltaicos, levantados en superficies a menudo distintas e incluso en competencia con tierras agrícolas de valor. Así, cada proyecto suponía un dilema: ¿mantener la tierra fértil para la agricultura o transformarla en un campo solar? ¿cosechar alimentos o producir energía?

La agrivoltaica surge precisamente para resolver esta disyuntura. Como explica el Informe Prospectivo sobre Energía Agrivoltaica del MAPA (2023), se trata de integrar en un mismo terreno sistemas de producción eléctrica renovable basados en tecnología fotovoltaica y sistemas de producción agraria. No es una sustitución, sino un uso dual del suelo que permite optimizar la radiación solar, destinando parte a los cultivos y parte a la generación eléctrica. En este sentido, proyectos pioneros como el Parque Agrovoltaico Son Moro en Mallorca muestran cómo esta visión puede materializarse también en el Mediterráneo, adaptando la tecnología a cultivos locales y condiciones climáticas específicas.

La idea no es nueva: ya en 1982, Goetzberger y Zastrow imaginaron módulos elevados que permitieran pasar suficiente radiación al suelo. En Japón, en 2004, se realizaron los primeros pilotos de solar sharing, y en 2012 arrancó allí el primer programa gubernamental de apoyo a gran escala. Desde entonces, la expansión ha sido rápida: según la IEA-PVPS (2025), la capacidad agrivoltaica mundial ha pasado de apenas 5 MWp en 2012 a unos 14 GWp en 2021, con fuerte impulso en países como China, Francia, Alemania, Estados Unidos, Italia o Corea del Sur.

Pero, más allá de la cifra, ¿cómo se puede medir si un sistema agrivoltaico realmente cumple esa promesa? Para ello, es necesario definir indicadores claros que cuantifiquen el rendimiento conjunto de los componentes agrícola, energético y de diseño.

Indicadores clave para un proyecto agrivoltaico

Antes de afirmar que un sistema agrivoltaico funciona, es necesario medir su rendimiento de forma objetiva. No basta con constatar que produce alimentos y energía: hay que saber cuánto, cómo y con qué eficiencia. Para ello, se utilizan una serie de indicadores clave, que permiten evaluar de manera conjunta la productividad agrícola, la generación eléctrica y el diseño de la instalación. Estos parámetros son los que determinan si la tierra está siendo realmente aprovechada de forma más inteligente que en usos separados.

Producción agrícola

Rendimiento agrícola

Cuantifica la producción por superficie [kg/ha·año o t/ha·año], reflejando si el cultivo mantiene su productividad bajo los paneles.

(Para profundizar más en los cultivos más productivos en el contexto balear, puede consultarse un análisis de rendimientos aquí).

Confort laboral

La sombra de los módulos contribuye a reducir la exposición solar del personal agrícola, mejorando las condiciones de trabajo

Producción energética

Producción específica [kWh/kWp] y Producción por superficie [kWh/ha·año]

Performance Ratio (PR) [%]

Métrica clave definida en la norma IEC EN 61724 para evaluar la eficiencia real de un sistema fotovoltaico. No se basa simplemente en cuánta energía produce, sino en qué tan cerca está esa producción de lo que podría producir idealmente (bajo condiciones estándar: STC, 1000W/m2, y a 25ºC), después de tener en cuenta todas las pérdidas que inevitablemente ocurren en la instalación.

PR =
Ereal
Eteórica

Dónde el denominador indica la energía eléctrica efectiva que el sistema entrega, y el denominador la energía esperada según la irradiación disponible, las características del módulo, la superficie instalada, etc.

Albedo

El albedo refleja la capacidad del terreno para devolver parte de la radiación solar que recibe. No es un valor fijo, oscila entre 0 y 1, y varía según la estación y el tipo de superficie presente (tierra, roca o vegetación).

En general, los suelos claros reflejan más energía que los oscuros, lo que influye directamente en el rendimiento del sistema agrovoltaico. Como referencia en el contexto balear:

Los suelos claros pueden aumentar la producción eléctrica entre un 10–15 %  en módulos bifaciales, al reflejar más radiación hacia la cara posterior del panel.

 

Diseño de la instalación

Altura de los módulos

A mayor elevación, aumenta la radiación difusa que llega a la parte posterior de los módulos y las sombras sobre el cultivo se tornan más suaves, beneficiando la luz disponible bajo las placas.

En Baleares, la normativa paisajística establece que la altura máxima de los paneles en sistemas de generación debe ser de 4 m, a fin de minimizar el impacto visual.

Separación entre filas o Ground Coverage Ratio, GRC

El GCR controla la cantidad de luz disponible para los cultivos y las pérdidas por sombreado. Una mayor separación permite que más radiación reflejada desde el suelo alcance la parte posterior de los módulos y reduce la sombra sobre las filas posteriores. Sin embargo, una separación menor aumenta la densidad de paneles por superficie, aunque puede disminuir la eficiencia bifacial y afectar al cultivo.

Inclinación y orientación

Este parámetro define el ángulo de los paneles respecto a la horizontal. En instalaciones fijas suele ajustarse según la latitud:

En Baleares, con una latitud de unos 39°, las inclinaciones típicas son de 35°, lo que ofrece un buen equilibrio de producción a lo largo del año

Diseño de la instalación

La eficiencia global de un sistema agrivoltaico no depende únicamente de cuánta electricidad o alimento se produzca por separado, sino de cuán eficazmente se aprovechan los recursos del suelo y la radiación solar en conjunto. En este sentido, uno de los indicadores más potentes para evaluar el rendimiento combinado es el Land Equivalent Ratio (LER) o Índice de Equivalente de Tierra.

El LER fue desarrollado originalmente en estudios de intercropping (cultivos mixtos) para medir la eficiencia del uso del suelo cuando dos o más especies se cultivan juntas. Yu et al. (2015) realizaron un metaanálisis global que demostró su validez como métrica universal de uso de la tierra. Su definición es sencilla:

LER =
Y1
M1
+
Y2
M2

Donde:

  • Y₁ y Y₂ son los rendimientos por unidad de superficie de los dos sistemas combinados (por ejemplo, cultivo y paneles solares).
  • M₁ y M₂ son los rendimientos respectivos si cada sistema se desarrollara por separado sobre la misma superficie.
  • LER = 1 → el uso del suelo no aporta ventaja frente a la separación de actividades.
  • LER > 1 → el uso dual del terreno es más eficiente.
  • LER < 1 → existe competencia o interferencia entre los sistemas.

Por ejemplo, un LER = 1,3 significa que se necesitaría un 30 % más de superficie para obtener el mismo resultado si agricultura y energía solar se desarrollaran por separado.

Proyectos de éxito a nivel internacional

En los últimos años, distintos países han puesto en marcha iniciativas agrivoltaicas que demuestran que este modelo no solo es viable, sino también rentable y adaptable a diferentes climas y tipos de cultivo. A continuación se presentan algunos casos internacionales de éxito, seleccionados por su valor técnico y su capacidad de integración entre agricultura y energía.

Brouchy PV | Dosel agrovoltaico de Brouchy

· Localización: Brouchy, Francia.

· Cultivos: Grandes cultivos agrícolas; compatible con una amplia gama de especies vegetales.

· Tecnología: Cubierta agrovoltaica innovadora de 2,9 MWp con estructura metálica ligera, control independiente de filas fotovoltaicas y módulos bifaciales con seguimiento automático.

· Contribución de la UE: 2.756.167 € (Fondo InnovFund – Pequeña Escala).

· Duración del proyecto: 01/09/2022 – 31/12/2026.

· Consorcio: EET (coordinador) y Brouchy PV (socio).

· Objetivo: Crear una cubierta agrovoltaica a gran escala que combine producción agrícola y generación de energía renovable, reduciendo un 100 % las emisiones de gases de efecto invernadero respecto al escenario de referencia y mejorando la resiliencia agrícola frente al cambio climático.

· Impacto esperado: Reducción de 6.982 toneladas de CO₂ en los primeros 10 años, mejora del rendimiento agrícola, optimización del uso de agua y aumento de la biodiversidad mediante la integración paisajística y vegetal.

Sun’Agri | Sistema agrovoltaico dinámico de última generación

· Localización: Francia.

· Cultivos: Vides, frutales y hortalizas.

· Tecnología: Sistema agrovoltaico dinámico de última generación, optimizado para el aprovechamiento solar y la gestión inteligente de cultivos.

· Contribución de la UE: 4.268.378 € (Fondo InnovFund – Pequeña Escala).

· Duración del proyecto: 01/06/2024 – 31/05/2028.

· Consorcio: Sun’Agri (coordinador).

· Objetivo: Impulsar la transición energética en el sector agrícola mediante la integración de sistemas fotovoltaicos adaptativos que protegen los cultivos, reducen el estrés hídrico y mejoran la productividad.

· Impacto esperado: Evitar la emisión de 12.039 toneladas de CO₂ equivalente y demostrar la viabilidad técnica y económica de la agrovoltaica dinámica a escala comercial en Europa.

REGACE | Sistema agrovoltaico de invernadero adaptable a cultivos con enriquecimiento de CO₂

· Localización: Coordinación en Israel, con socios en Grecia, Alemania, Austria, Italia y otros países europeos.

· Cultivos: Invernaderos con cultivos sensibles y diversos tipos de frutas, hortalizas y plantas de alto valor.

· Tecnología: Sistema agrovoltaico innovador con seguimiento solar adaptativo y control PLC, integrado con módulos bifaciales y enriquecimiento de CO₂ para aumentar la eficiencia energética y los rendimientos agrícolas.

· Contribución de la UE: 5.330.750 € (Programa Horizonte Europa).

· Duración del proyecto: 01/02/2023 – 31/01/2026.

· Consorcio:

  • Coordinador: Alzahrawy (Israel).

  • Socios: Humboldt-Universität zu Berlin (Alemania), Universidad de Tel Aviv (Israel), Universidad de Tesalia (Grecia), Universität für Bodenkultur Wien (Austria), Universidad de Roma Tor Vergata (Italia), Trisolar (Israel), Ágora PSVD (Israel), Timelex (Bélgica), Bio-Gaertnerei Watzkendorf GmbH (Alemania), entre otros.

· Objetivo: Desarrollar y validar una tecnología disruptiva de agrovoltaica de invernadero que permita producir energía solar limpia y asequible dentro de estructuras agrícolas, integrando sistemas de control automatizado y enriquecimiento de CO₂ para maximizar la fotosíntesis y la productividad.

· Impacto esperado:

  • Reducción de costes de instalación hasta un 30 % respecto a sistemas fotovoltaicos convencionales.

  • Incremento de la eficiencia energética en condiciones de baja radiación solar.

  • Doble aprovechamiento del suelo agrícola y energético.

  • Reducción significativa de emisiones de CO₂ y de la huella ecológica.

  • Impulso a la diversificación del mercado energético mediante la participación de pequeños productores e invernaderos comerciales en Europa y Oriente Medio.

CROPS LIFE | Opciones resilientes al clima para suelos y cultivos productivos LIFE

· Localización: Francia.

· Cultivos: Diversos cultivos agrícolas, con enfoque en sistemas adaptativos para la mejora de la salud del suelo y la resiliencia de los cultivos frente al cambio climático.

· Tecnología: Sistema agrovoltaico dinámico integrado con prácticas agrícolas sostenibles y soluciones innovadoras para la gestión del suelo y del agua.

· Contribución de la UE: 2.607.034 € (Programa LIFE 2027 – Adaptación al Cambio Climático).

· Duración del proyecto: 01/09/2025 – 31/08/2029.

· Consorcio:

  • Coordinador: Grupo Sun’R (Francia).

  • Socios: INRAE (Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente), Sol Agrícola, Celesta-lab, Medio AmbientelSol, Chambre Régionale d’Agriculture Occitanie.

· Objetivo: Afrontar los desafíos del cambio climático en la agricultura mediante la combinación de tecnologías agrovoltaicas avanzadas y prácticas agronómicas regenerativas para mejorar la productividad, la salud del suelo y la gestión hídrica.

· Impacto esperado:

  • Incremento de la resiliencia de los cultivos ante condiciones climáticas extremas.

  • Optimización del uso de agua y nutrientes mediante sistemas inteligentes de control y gestión.

  • Mejora de la calidad del suelo y de la biodiversidad agrícola.

  • Promoción de una agricultura sostenible, adaptativa y climáticamente neutra.

Los ejemplos internacionales muestran que la agrivoltaica puede adaptarse a climas muy distintos y generar beneficios tanto para el sector energético como para el agrícola. En Baleares, estas condiciones de éxito encuentran un terreno especialmente favorable: alta radiación solar, limitación de suelo disponible y una agricultura tradicional en transformación.

Aplicar este modelo aquí no significaría importar soluciones, sino adaptarlas al paisaje y a los cultivos locales —viñedos, olivos, almendros o forrajeras—, aprovechando la sombra parcial para reducir el estrés hídrico y mejorar la resiliencia frente a las olas de calor.

Con un marco normativo adecuado y proyectos piloto bien diseñados, Baleares podría convertirse en un referente mediterráneo de agrivoltaica sostenible, capaz de producir energía limpia sin renunciar a su identidad agrícola ni a la protección del territorio.

Este proyecto ha recibido financiación de la convocatoria para la concesión de ayudas para financiar proyectos innovadores por medio de la cooperación, con el objetivo de buscar, implementar y digitalizar soluciones innovadoras sostenibles en los establecimientos turísticos de las Islas Baleares en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado por la Unión Europea Next Generation EU.

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