El pasado lunes 6 de noviembre organizamos —desde el Clúster TEIB y junto con el COEIB— una jornada dedicada al papel de la energía eólica en Baleares. Nuestra intención era simple: dejar de hablar “por sensaciones” y empezar a hablar desde datos, conocimiento y experiencia profesional.
Abrió la sesión nuestra gerente, Marta Pons.
El potencial eólico existe y tiene base científica local
En la primera mesa redonda —centrada en el estado de la tecnología y el potencial del recurso— la profesora de física de la UIB, Maria Antònia Jiménez, recordó que Baleares no es “una zona ventosa” en términos europeos, pero sí tiene regímenes locales claramente aprovechables, que explica la ubicación del parque de Milà en Menorca.
También explicó algo clave: los modelos de hace 25 años trabajaban con resoluciones de 10 km y no captaban los vientos locales (como el embat o el viento de pendiente). Ahora estamos a resoluciones de 1 km. Eso cambia las conclusiones. “Vent en tenim tots els dies”, resumió.
Offshore flotante, onshore, microeólica… y barreras diferentes
En la misma mesa, Josep Malagrava (QAir) explicó que la eólica marina que tiene sentido en Balears ha de ser flotante, porque la plataforma continental cae en picado a los 5-6 km.
Por su parte, el ingeniero Rafael Muñoz (Consorci de Residus i Energia de Menorca) habló de la onshore actual (3 – 3,5 MW por aerogenerador) y de los problemas reales que encuentra: impacto visual, fauna (aves migratorias y murciélagos), ruido… y costes: aproximadamente 1 M€ por MW en onshore.
En cambio en la offshore, como comentaba Josep Malagrava, es de unos 4 M€ por MW. Si hablásemos de lo más económico sería el autoconsumo, pero dejaríamos de abastecer a hospitales, hoteles etc.
Y Josep Pascual —Asociación de Amics dels Molins— aportó otro dato que no solemos valorar: Mallorca tiene identificados unos 3.000 molinos tradicionales. Tenemos la concentración más grande del mundo. Y la posibilidad de poder reutilizarlos para poder mantener el patrimonio, y a la vez, generar energía eólica.
La ponencia: ¿Tiene sentido la eólica offshore en Baleares?
En la ponencia central del investigador del IREC y miembro del COEIB, José Ignacio Rapha, vimos un dato clave: para descarbonizar el sistema balear, la generación renovable actual debería multiplicarse por 16 (si mantenemos un 6% de importación vía cables).
Esto implica que la fotovoltaica es necesaria pero insuficiente: incluso explotando al máximo las cubiertas, solo podría llegar al 37% de la demanda. El 63% restante necesitaría suelo, baterías masivas y nuevas interconexiones. Y además, la dependencia europea de China en fabricación de módulos fotovoltaicos es casi total (80% del mercado mundial vs 2,8% fabricado en Europa). Diversificar no es una opción: es una obligación para la seguridad energética.
Rapha mostró un dato clave: según el POEM (Plan de Ordenación del Espacio Marítimo), existe una zona —LEBA-2— que podría, por sí sola, cubrir la demanda anual de Menorca.
Su conclusión fue directa: si queremos cumplir tiempos y escala, el debate no es si la eólica offshore “tiene sentido”, sino si existe una alternativa más eficaz para lograr la descarbonización.
Segunda mesa: impactos y oportunidades… y el gran freno: la aceptación social
En la segunda mesa —moderada por Neus Sastre (ASINEM)— Alyona Tishkina (Offshore Wind Power Consulting) compartió su experiencia internacional (actualmente están centrados en Taiwan y Japón) y repasó qué medidas se tienen en cuenta para minimizar impactos: desde la selección de materiales no tóxicos hasta el control de ruido en fases de construcción y operación.
Se habló también de la percepción sonora. El ingeniero de la empresa Macústica, Gabriel Martorell, explicó que la potencia acústica de un molino grande puede estar entre 100-105 dB, pero que a unos 300 metros ya se cumple normativa.
Y Alberto Gundín (Ona Blava) fue directo: en tema eólica, el gran obstáculo en Baleares está siendo el rechazo administrativo y social, más que la tecnología.
En el ámbito del paisaje cultural, el gerente del Consorci de la Serra de Tramuntana, Lluís Vallcaneras, recordó que la Serra es Patrimonio Mundial por la huella humana: marjades, sistemes hidràulics, etc., y que el debate no es simple porque aquí el paisaje es parte del valor protegido.
Conclusión
La jornada terminó con una conclusión transversal repetida por distintos ponentes y sectores: en Baleares tenemos viento, tenemos modelos mucho más precisos que hace 20 años y tenemos tecnologías maduras —onshore, offshore y micro—. Lo que no tenemos todavía es un marco social y administrativo alineado con la magnitud del reto.
Cerró el acto el decano del COEIB, Mateu Oliver, recordando que no podemos pedir que todo sea a la vez bueno, bonito y barato y que las decisiones transmutan con el tiempo.
Como Clúster TEIB, nuestra intención es seguir generando espacios donde hablar de transición energética desde datos y desde una visión interdisciplinar.

