Proyectos agrivoltaicos: indicadores, aprendizajes y visión de futuro
Durante años, la expansión de la energía solar y la agricultura han seguido caminos separados: por un lado los campos de cultivo, dedicados a producir alimentos, y por otro los parques fotovoltaicos, levantados en superficies a menudo distintas e incluso en competencia con tierras agrícolas de valor. Así, cada proyecto suponía un dilema: ¿mantener la tierra fértil para la agricultura o transformarla en un campo solar? ¿cosechar alimentos o producir energía?
La agrivoltaica surge precisamente para resolver esta disyuntura. Como explica el Informe Prospectivo sobre Energía Agrivoltaica del MAPA (2023), se trata de integrar en un mismo terreno sistemas de producción eléctrica renovable basados en tecnología fotovoltaica y sistemas de producción agraria. No es una sustitución, sino un uso dual del suelo que permite optimizar la radiación solar, destinando parte a los cultivos y parte a la generación eléctrica. En este sentido, proyectos pioneros como el Parque Agrovoltaico Son Moro en Mallorca muestran cómo esta visión puede materializarse también en el Mediterráneo, adaptando la tecnología a cultivos locales y condiciones climáticas específicas.
La idea no es nueva: ya en 1982, Goetzberger y Zastrow imaginaron módulos elevados que permitieran pasar suficiente radiación al suelo. En Japón, en 2004, se realizaron los primeros pilotos de solar sharing, y en 2012 arrancó allí el primer programa gubernamental de apoyo a gran escala. Desde entonces, la expansión ha sido rápida: según la IEA-PVPS (2025), la capacidad agrivoltaica mundial ha pasado de apenas 5 MWp en 2012 a unos 14 GWp en 2021, con fuerte impulso en países como China, Francia, Alemania, Estados Unidos, Italia o Corea del Sur.
Pero, más allá de la cifra, ¿cómo se puede medir si un sistema agrivoltaico realmente cumple esa promesa? Para ello, es necesario definir indicadores claros que cuantifiquen el rendimiento conjunto de los componentes agrícola, energético y de diseño.
Indicadores clave para un proyecto agrivoltaico
Antes de afirmar que un sistema agrivoltaico funciona, es necesario medir su rendimiento de forma objetiva. No basta con constatar que produce alimentos y energía: hay que saber cuánto, cómo y con qué eficiencia. Para ello, se utilizan una serie de indicadores clave, que permiten evaluar de manera conjunta la productividad agrícola, la generación eléctrica y el diseño de la instalación. Estos parámetros son los que determinan si la tierra está siendo realmente aprovechada de forma más inteligente que en usos separados.
Producción agrícola
Rendimiento agrícola
Cuantifica la producción por superficie [kg/ha·año o t/ha·año], reflejando si el cultivo mantiene su productividad bajo los paneles.
(Para profundizar más en los cultivos más productivos en el contexto balear, puede consultarse un análisis de rendimientos aquí).
Confort laboral
La sombra de los módulos contribuye a reducir la exposición solar del personal agrícola, mejorando las condiciones de trabajo
Producción energética
Producción específica [kWh/kWp] y Producción por superficie [kWh/ha·año]
Performance Ratio (PR) [%]
Métrica clave definida en la norma IEC EN 61724 para evaluar la eficiencia real de un sistema fotovoltaico. No se basa simplemente en cuánta energía produce, sino en qué tan cerca está esa producción de lo que podría producir idealmente (bajo condiciones estándar: STC, 1000W/m2, y a 25ºC), después de tener en cuenta todas las pérdidas que inevitablemente ocurren en la instalación.
Dónde el denominador indica la energía eléctrica efectiva que el sistema entrega, y el denominador la energía esperada según la irradiación disponible, las características del módulo, la superficie instalada, etc.
Albedo
El albedo refleja la capacidad del terreno para devolver parte de la radiación solar que recibe. No es un valor fijo, oscila entre 0 y 1, y varía según la estación y el tipo de superficie presente (tierra, roca o vegetación).
En general, los suelos claros reflejan más energía que los oscuros, lo que influye directamente en el rendimiento del sistema agrovoltaico. Como referencia en el contexto balear:
- Hierba: 0,15 - 0,25
- Tierra clara o seca: 0,20 - 0,30
- Olivar o viñedo con suelo descubierto: 0,25 - 0,35
Los suelos claros pueden aumentar la producción eléctrica entre un 10–15 % en módulos bifaciales, al reflejar más radiación hacia la cara posterior del panel.
Diseño de la instalación
Altura de los módulos
A mayor elevación, aumenta la radiación difusa que llega a la parte posterior de los módulos y las sombras sobre el cultivo se tornan más suaves, beneficiando la luz disponible bajo las placas.
En Baleares, la normativa paisajística establece que la altura máxima de los paneles en sistemas de generación debe ser de 4 m, a fin de minimizar el impacto visual.
Separación entre filas o Ground Coverage Ratio, GRC
El GCR controla la cantidad de luz disponible para los cultivos y las pérdidas por sombreado. Una mayor separación permite que más radiación reflejada desde el suelo alcance la parte posterior de los módulos y reduce la sombra sobre las filas posteriores. Sin embargo, una separación menor aumenta la densidad de paneles por superficie, aunque puede disminuir la eficiencia bifacial y afectar al cultivo.
Inclinación y orientación
Este parámetro define el ángulo de los paneles respecto a la horizontal. En instalaciones fijas suele ajustarse según la latitud:
- - Igual a la latitud → producción equilibrada anual
- - Latitud +10° → optimización en invierno
- - Latitud –10° → optimización en verano
En Baleares, con una latitud de unos 39°, las inclinaciones típicas son de 35°, lo que ofrece un buen equilibrio de producción a lo largo del año
Diseño de la instalación
La eficiencia global de un sistema agrivoltaico no depende únicamente de cuánta electricidad o alimento se produzca por separado, sino de cuán eficazmente se aprovechan los recursos del suelo y la radiación solar en conjunto. En este sentido, uno de los indicadores más potentes para evaluar el rendimiento combinado es el Land Equivalent Ratio (LER) o Índice de Equivalente de Tierra.
El LER fue desarrollado originalmente en estudios de intercropping (cultivos mixtos) para medir la eficiencia del uso del suelo cuando dos o más especies se cultivan juntas. Yu et al. (2015) realizaron un metaanálisis global que demostró su validez como métrica universal de uso de la tierra. Su definición es sencilla:
Donde:
- Y₁ y Y₂ son los rendimientos por unidad de superficie de los dos sistemas combinados (por ejemplo, cultivo y paneles solares).
- M₁ y M₂ son los rendimientos respectivos si cada sistema se desarrollara por separado sobre la misma superficie.
- LER = 1 → el uso del suelo no aporta ventaja frente a la separación de actividades.
- LER > 1 → el uso dual del terreno es más eficiente.
- LER < 1 → existe competencia o interferencia entre los sistemas.
Por ejemplo, un LER = 1,3 significa que se necesitaría un 30 % más de superficie para obtener el mismo resultado si agricultura y energía solar se desarrollaran por separado.
Proyectos de éxito a nivel internacional
En los últimos años, distintos países han puesto en marcha iniciativas agrivoltaicas que demuestran que este modelo no solo es viable, sino también rentable y adaptable a diferentes climas y tipos de cultivo. A continuación se presentan algunos casos internacionales de éxito, seleccionados por su valor técnico y su capacidad de integración entre agricultura y energía.
Jack's Solar Garden
· Localización: Longmont, Colorado (EE. UU.)
· Superficie: 5 hectáreas
· Cultivos: verduras de hoja, hierbas aromáticas y bayas
· Tecnología: estructura elevada (≈ 2,5 m), módulos fijos, cobertura parcial del 40 % de la superficie, con corredores agrícolas entre filas
· Resultados: (1) Más de 11 000 kg de producción hortícola anual bajo paneles. (2) Reducción del estrés hídrico y mayor retención de humedad en el suelo.
· Producción eléctrica anual de unos 1,2 GWh.
· Aprendizajes:
Demuestra la compatibilidad entre horticultura y energía solar; la sombra parcial mejora las condiciones microclimáticas y reduce el consumo de agua. También funciona como centro educativo de referencia en EE. UU.
Sun'Agri - Viñedos del sur de Francia
· Localización: Tresserre, Pyrénées-Orientales (Región de los Aspres), Domaine de Nidolères.
· Superficie: 3,8 ha bajo sistema + 0,25 ha de zona testigo.
· Cultivos: Viñedo (Cinsault y Colombard); densidad 3.721 cepas/ha.
· Tecnología: Agrivoltaica dinámica sobre viña; altura de estructura 4,5 m; inter-fila 2,25 m; potencia instalada 2,85 MWp (≈ 850 hogares/año).
· Resultados: (1) Protección climática con sombreado programable 2–5 h/día según necesidad. (2) Evaporación reducida ≈ 25 % y vinos “más ácidos y equilibrados” (testimonio del viticultor).
· Aprendizajes:
La movilidad del sombreamiento y la elevación (4,5 m) permiten compatibilizar manejo vitícola, control térmico y objetivos enológicos (acidez/PH), manteniendo producción energética local.
APV-Resola
· Localización: Heggelbach, Baden-Württemberg (Alemania)
· Superficie: 0,3 hectáreas
· Cultivos: patata, trigo, trébol, apio.
· Tecnología: módulos elevados a 5 m, inclinación fija de 20°, estructura metálica de doble hilera (bifacial).
· Resultados: (1) Rendimientos agrícolas del 80-100 % respecto al control sin paneles. (2) Producción fotovoltaica de 1.266 kWh/kWp·año. (3) Mayor eficiencia del uso del suelo (LER ≈ 1,6).
· Aprendizajes:La elevación de los módulos permite mantener una productividad agrícola competitiva. El estudio demostró la viabilidad de sistemas combinados en climas templados europeos.
Proyecto Endesa - Enel Green Power
· Localización: Carmona (Sevilla)
· Superficie: variable (entre 5 y 30 ha por emplazamiento)
· Cultivos: lavanda, romero, apicultura y pastoreo ovino
· Tecnología: paneles fijos, estructuras altas (2,5–3 m) y zonas verdes integradas
· Resultados: (1) Reducción de costes de mantenimiento (pastoreo controlado). (2) Mejora de biodiversidad e imagen social del parque solar.
· Aprendizajes:
La integración de cultivos aromáticos y apicultura potencia la biodiversidad y genera valor compartido con las comunidades rurales.
Ayla Solar Farm
· Localización: Región de O’Higgins (Chile).
· Superficie: 22 hectáreas (9 MWp instalados).
· Cultivos: cerezos en doble hilera (twin-row system).
· Tecnología: módulos fijos elevados, disposición alterna este-oeste para diferenciar la sombra matinal y vespertina
· Resultados: (1) Mayor calidad de fruta en zonas con sombra parcial. (2) Mejora del microclima y menor evaporación. (3) Alta estabilidad energética (producción anual de 18 GWh).
· Aprendizajes:
La disposición alterna de hileras permite optimizar tanto la fotosíntesis como la captación de radiación por los paneles, adaptando la agrivoltaica a cultivos frutales de alto valor.
Los ejemplos internacionales muestran que la agrivoltaica puede adaptarse a climas muy distintos y generar beneficios tanto para el sector energético como para el agrícola. En Baleares, estas condiciones de éxito encuentran un terreno especialmente favorable: alta radiación solar, limitación de suelo disponible y una agricultura tradicional en transformación.
Aplicar este modelo aquí no significaría importar soluciones, sino adaptarlas al paisaje y a los cultivos locales —viñedos, olivos, almendros o forrajeras—, aprovechando la sombra parcial para reducir el estrés hídrico y mejorar la resiliencia frente a las olas de calor.
Con un marco normativo adecuado y proyectos piloto bien diseñados, Baleares podría convertirse en un referente mediterráneo de agrivoltaica sostenible, capaz de producir energía limpia sin renunciar a su identidad agrícola ni a la protección del territorio.
Este proyecto ha recibido financiación de la convocatoria para la concesión de ayudas para financiar proyectos innovadores por medio de la cooperación, con el objetivo de buscar, implementar y digitalizar soluciones innovadoras sostenibles en los establecimientos turísticos de las Islas Baleares en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado por la Unión Europea Next Generation EU.
